Una receta de pan fácil y muy rápida para no tener que ir a comprar pan y hacerlo de muy buena calidad en la propia casa. Este pan siempre sale bien y no necesita levado. En poco más de una hora esta hogaza que veis en portada estará lista para ser devorada. En su elaboración usamos harina común, la del super de toda la vida, algo que resulta comodísimo. Una última cosa, la levadura fresca se puede sustituir por cinco gramos levadura seca de panadería.
Ingredientes del pan casero
- Harina de trigo común, de todo uso 500 g
- Agua templada 325 ml
- Levadura fresca de panadería 15g o 5g de la seca industrial del super.
- Sal 7 g (una cuchara pequeña de café)
- Azúcar 7 g
- Aceite de oliva virgen extra 45 ml
Introducimos el agua templada en un recipiente amplio y hondo y añadimos la levadura fresca, desmenuzada, y el azúcar. Removemos hasta que el azúcar y la levadura se integren por completo.
Añadimos la mitad de la harina y todo el aceite. Removemos bien, procurando aplastar los grumos que se formen, y dejamos reposar durante 30 minutos a temperatura ambiente, cubriendo el recipiente con un trapo limpio. La masa crecerá ligeramente y se llenará de burbujas.
Receta de pan casero fácil
Transcurrido el tiempo de reposo incorporamos el resto de la harina, la sal y removemos hasta que no podamos más, porque se volverá muy espesa. Espolvoreamos la superficie de trabajo con harina y volcamos la masa sobre ella. Nos engrasamos las manos con aceite y amasamos durante tres minutos.
Formamos una bola con la masa. La colocamos sobre una bandeja de horno cubierta con papel vegetal untado con un poco de aceite. Hacemos con un cuchillo bien afilado o cuchilla dos cortes en la superficie y, si queremos dar un aire rústico al pan, lo espolvoreamos con harina.
Embadurnamos con aceite el interior de un recipiente amplio y hondo apto para horno (se puede usar una cacerola o similar de acero como la de la foto o las típicas negras rústicas) y cubrimos con él la masa. Cocemos en el horno, precalentado a 200 ºC con calor arriba y abajo, durante 45 minutos. Destapamos y dejamos enfriar sobre una rejilla antes de consumir.
Este pan dura bien 1-2 días, si queréis podéis cortarlo en rodajas y meterlos en bolsas de plástico selladas al congelador para tener toda la semana.